INSTINTO SEXUAL – GANAS DE HACER EL AMOR CONSTANTEMENTE

Instinto sexual – ¿Por que tienes ganas de hacer el amor constantemente? – El impulso sexual y el deseo sexual – ¿que es la sexualidad humana?

Hay personas que dedican su vida a la profesión de satisfacer todo los deseos sexuales de hombres y mujeres, y lo hacen con sutileza, sensualidad y mucho morbo. Son las y los escorts, de quienes, a menudo hablamos en esta web. Ejemplo son las  escorts Barcelona del Club Calipso. Diríase que el sexo es como montar en bici, que jamás se olvida, pero no es la verdad, pues la frecuencia de las relaciones íntimas puede influir en nuestro nivel de habilidad, o bien aun, en nuestro deseo sexual. Tanto para bien, como para mal.

Fluctuaciones de la libido

Cuando nos enamoramos queremos tener sexo a todas horas, pero ese “cuelgue” sexual no dura por siempre. Esta sensación se va a ir amortiguando conforme pase tiempo sin sostener relaciones íntimas y nuestro cuerpo se olvide del clímax anteriormente alcanzado, lo que va a hacer que no necesite tan activamente un nuevo encuentro sexual para lograr el bienestar. Sin embargo hay personas que quieren tener sexo muy a menudo. 

Una nutrición desequilibrada reduce el deseo sexual

Además del tiempo que dura una relación, hay también factores que condicionan la libido que, desde un punto de vista científico, como los biológicos, por ejemplo las hormonas que influyen de manera notable en la libido y juegan un papel fundamental en su aparición y potenciación. Somos pura química y una gran parte de nuestras acciones, sentimientos y comportamientos son el resultado de la combinación de reacciones bioquímicas en nuestro organismo.

La progesterona es la hormona que frena la libido

Por otro lado, también existen diferencias entre los sexos. Al respecto, la literatura científica narra que mientras que la libido en los hombres acostumbra a ser bastante incesante, en las mujeres hay mucha oscilación, que viene condicionada por los cambios hormonales en el ciclo menstrual. De esta manera, hay que tener en consideración que en la primera mitad del ciclo menstrual, aumentan los niveles de estrógenos que favorecen el flujo sanguíneo en vagina y clítoris, facilitan la lubricación y aumentan el deseo sexual.

Otra cuestión es que aunque a mayor cantidad de relaciones íntimas, mayor deseo sexual, asimismo puede suceder lo contrario. O sea, que tras un tiempo sin tener relaciones nuestro cuerpo se acostumbre a no tenerlas, e inclusive se muestre reticente a un nuevo encuentro. En un caso así, no estamos hablando de una reacción biológica, sino que esto tendría una explicación psicológica.

Las diferencias en el deseo sexual dependen de un sinfín de razones que pueden incluir la edad, el nivel de cansancio, el goce del encuentro con el otro y también, aun, su instante laboral, profesional y personal. De ahí que, hallar discrepancias entre las parejas sobre cuánto sexo tener es más frecuente de lo que se imagina. Muchas buenas relaciones pueden finalizar por el hecho que uno de los 2 frecuentemente plantea el encuentro sexual y el otro habitualmente lo posterga. El deseo sexual puede «esfumarse» por muchos motivos, que no necesariamente son la carencia de ganas de estar con su pareja, puesto que conforme a varios estudios es la primera razón que hallan las parejas para justificar que uno no desea estar con el otro.

La carencia de acercamiento sin fines sexuales, asimismo puede reducir las ganas de tener sexo. La responsabilidad de acrecentar –o cuando menos regular- ese deseo sexual es compartida y esto implica buscar formas para poner sobre el tapete el tema. Los terapeutas aconsejan múltiples consejos para enfrentar esta situación. El hecho de que con determinada frecuencia uno de los 2 rechace tener sexo puede herir al otro.

Los dos deben partir de la idea de que el sexo es una actividad permitida, es decir que cualquiera de los dos tiene el derecho a decir que no. Pero se debe intentar mantener siempre,, aún cuando no apetezca el sexo, los acercamientos cariñosos que no necesariamente deriven en un acto sexual. Esto une considerablemente más a las parejas. Las mujeres acostumbran a ser considerablemente más cariñosas sin que implique que todo deba concluir en la cama.

Si el «misionero» se ha vuelto la situación sexual recurrente y la cama el único «lugar de batalla», quizá asombrar a tu pareja con juegos, o unos preliminares más interesantes, enciendan la llama. La autosatisfacción es una forma de darse placer sin cargar esa responsabilidad a otra persona.

INSTINTO SEXUAL - WANT TO MAKE LOVE CONSTANTLY
Loe Moshkovska at Pexels

Pero lo cierto es que hay una gran polémica en cuanto a la adicción al sexo. Es verdad que podemos tener adicción a cualquier conducta o bien substancia que nos genere sensaciones de placer y bienestar, mas la clave de la adicción está en que aquello a lo que se es adepto genera cambios bioquímicos en nuestro organismo capaces de crear sensaciones agradables. Es preciso dejar en claro que una persona con alta libido o bien un alto deseo sexual no es exactamente lo mismo que una persona adepta al sexo.

Alto Deseo Sexual

Esto es una cosa que determina cada persona y cada pareja, y nos fundamentamos en la necesidad de llegar a un pacto para sostener una frecuencia que nos resulte satisfactoria a cada miembro de la pareja. Por otra parte vemos como parejas muy sexuales o bien parejas con bajo deseo no acostumbran a tener inconvenientes a nivel de frecuencia y satisfacción. Por ende, el hecho de tener mucho o bien poco sexo, la frecuencia de las relaciones, lo determinamos, al fin y a la postre, en que cada pareja es todo un mundo y cada persona tiene unas necesidades y deseos diferentes. 

Una persona con alto deseo sexual goza de su sexualidad igual que otra persona cualquiera, sencillamente muestra un interés más activo en torno a las relaciones íntimas y la sexualidad generalmente. 

Adicción al sexo

Cuando nos referimos a la adicción al sexo lo hacemos acerca de conductas repetitivas y apremiantes dirigidas a sostener relaciones íntimas. Las personas adeptas al sexo se sienten culpables y también procuran reducir sus sentimientos de vergüenza con más sexo. Esta clase de comportamientos acarrean a menudo a estas personas el sentir vergüenza por ellos mismos, a aislarse, a tener inconvenientes de autoestima, como tener inconvenientes económicos que puedan llevarle a la ruina. Por consiguiente, son personas que precisan ponerse a cargo de especialistas para aprender a supervisar esa dependencia que el sexo les produce y el malestar que ello le causa. Pero, no confundamos, y vayamos a interpretar que tener muchas ganas de sexo es ser adepto. 

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