Sade y Andra Day: De Íconos Musicales a Iconos de Paciencia
¿Esperar 9 años por un álbum? ¡Andra Day sigue los pasos de Sade con estilo!
Buenos días, soy Johnny Zuri y HOY quiero dar mi opinión sobre la fascinante carrera de Andra Day, quien al inicio de su carrera musical, reveló que quería modelar su trayectoria siguiendo los pasos de Sade. Imaginen, ¡Sade! Aquella que tiene la paciencia de un monje budista, lanzando álbumes cada casi una década.
Cuando Andra Day comentó esto, muchos pensaron que estaba bromeando. Pero miren dónde estamos ahora: casi una década después de su primer álbum, y ella acaba de lanzar su segundo proyecto, llamado Cassandra (Cherith). Y aquí es donde me gusta pensar que hay una lección escondida sobre las expectativas y la realidad. Andra inicialmente pensaba que lanzaría álbumes cada dos años… bueno, la vida y su carrera tomaron otro ritmo.
¿Por qué nueve años? Bueno, su single “Rise Up” se convirtió en un himno no oficial del movimiento Black Lives Matter y la democracia. Además, la hemos visto en la gran pantalla, nada menos que interpretando a Billie Holiday en el biopic dirigido por Lee Daniels, por lo cual incluso ganó un Globo de Oro. Así que, no, Andra no ha estado precisamente sin hacer nada.
Lo que me llama la atención de Andra es su honestidad sobre su incomodidad al cantar frente a la gente, a pesar de haberlo hecho frente a 70,000 en el Super Bowl de este año. ¿No es fascinante? Ella produce su propia música y le gusta crear de la manera más orgánica posible, lo cual, según ella, explica el por qué de estos largos intervalos entre sus álbumes.
Hablando de su álbum, Cassandra (Cherith) es completamente autobiográfico. Day no solo comparte su música, sino su alma. Cada canción, cada letra, es un pedazo de su vida, de sus luchas y de sus alegrías. Y eso, amigos míos, es lo que realmente valoro de los artistas: la autenticidad cruda y sin filtros.
En cuanto a colaboraciones, solo hay una en el álbum, con Wale, en la canción “Heavy on My Mind”. Me parece perfecto. A veces, menos es más. Y en este mundo donde todo es exceso, optar por la simplicidad y la conexión genuina es refrescante.
Para cerrar, Andra ha integrado profundamente su fe en su música, algo que resuena en las últimas canciones del álbum, donde nos regala una visión de su jornada espiritual. Y eso, queridos oyentes, es un testimonio poderoso en esta era de incertidumbre.
Así que, aunque Andra Day haya tardado nueve años en regalarnos otro álbum, puedo decir sin duda que ha valido la pena la espera. Ella, al igual que Sade, nos enseña que el arte no puede ni debe ser apresurado. Y en este mundo frenético, esa es una lección que todos podríamos aprender.
