La elegancia eterna del bikini SHAN conquista su 40 aniversario

¿Qué secreto esconde la moda de baño SHAN en Miami Swim Week 2026? La elegancia eterna del bikini SHAN conquista su 40 aniversario

Estamos en el verano de 2026 en Miami, bajo ese sol que no perdona y que convierte cualquier pasarela en un teatro de espejismos. Allí, entre luces, cámaras y un mar de expectación, la marca canadiense SHAN celebra su 40 aniversario con un espectáculo que no es solo desfile, sino manifiesto: una declaración de intenciones que confirma que el lujo verdadero nunca caduca, que la elegancia sigue teniendo piel y que la modernidad no necesita gritar para imponerse.

El público aplaude, pero lo que resuena no son las palmas, sino la certeza de que la moda de baño SHAN no juega en la misma liga que las demás. Es algo más cercano a la alta costura del verano, una especie de alquimia que convierte un bikini en segunda piel. “Lo que hacemos se adapta a todos los cuerpos, y eso es lo más difícil”, confiesa Nathan Gilbert, director creativo de la casa, en entrevista con Fashion & Style TV. Y mientras lo dice, pienso en esas piezas que caen sobre las modelos como si fueran olas suaves, moldeando la silueta sin forzarla, sin atarla, simplemente acompañándola.

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la pasarela como escenario de eternidad

Las modelos desfilan con la precisión de un ritual. A las 01:15 aparece Ashley Thompson, con un porte que parece desafiar la gravedad. Poco después, a las 02:53, Kristina Elise atraviesa el escenario con una mezcla de firmeza y delicadeza. En el minuto 04:55, el público contiene el aliento: es Priscilla Ricart, la musa brasileña que desde hace años se ha convertido en sinónimo de perfección playera. Sus pasos son suaves, pero dejan huella. A las 10:31, Staci Lyon trae consigo otra energía, más serena, casi etérea. Y en el 14:35, Ashley Thompson reaparece como si la pasarela le perteneciera desde siempre.

No es casualidad que cada entrada tenga su propio tiempo. La colección está pensada como una sinfonía, no como un simple catálogo. De repente, incluso aparece Jose Roberto, demostrando que la sensualidad masculina también tiene espacio en este universo. Y como cierre inesperado, una aparición bautizada con nombre de lugar: Florida Keys. El desfile se convierte en geografía, en mapa de emociones y destinos que solo se alcanzan con tela y aguja.

un viaje de 40 años desde canadá hasta miami

Hace tiempo, en 1985, una mujer llamada Chantal Levesque decidió que Canadá también podía tener un nombre propio en el universo del lujo. Fundó SHAN con la obsesión de trabajar materiales de la más alta calidad, con un empeño casi artesanal por la comodidad y la durabilidad. Aquello que parecía un sueño doméstico se ha convertido en un sello internacional. Y lo curioso es que, pese a las décadas transcurridas, la esencia sigue intacta: confeccionar prendas que duren más que un verano y que no se marchiten como las modas pasajeras.

Hoy, SHAN cumple 40 años y lo celebra con una pasarela que no se mira al espejo de los demás, sino que refleja su propia historia. Es el arte de conservar el oficio, de respetar la tradición sin renunciar a lo audaz. Como en los refranes antiguos: “Quien guarda, halla”.

tejidos que parecen respirar

El desfile de Cruise 2026 y SS26 no es un simple escaparate de bikinis. Es una exploración de cómo la materia prima puede convertirse en emoción. Gasa ligera, sedas suaves, transparencias que insinúan sin vulgaridad, mallas que juegan con la luz, y un jersey lycra que mezcla lo romántico con lo futurista. Los colores cuentan su propia fábula: blancos arenosos, grises minerales, negros volcánicos, burdeos que evocan vino en copa de cristal. Todo respira un aire costero, como si el mar hubiese dictado la paleta cromática.

Y mientras las telas se mueven, el público siente que la piel también se libera. “Es como una segunda piel”, insiste Gilbert, y uno se pregunta cómo algo tan técnico puede parecer tan natural.

el magnetismo de priscilla ricart

Priscilla Ricart es más que modelo; es la encarnación de lo que SHAN quiere transmitir. Su presencia se repite en distintos momentos del show, como si fuese un leitmotiv. Cada vez que aparece, el aire cambia. Hay algo hipnótico en la manera en que los tejidos flotan sobre su figura, como si fuesen diseñados solo para ella. La cámara la adora, el público la ovaciona, y la marca sabe que su rostro y su silueta quedarán grabados en la memoria del Swim Week.

“El lujo verdadero no necesita ruido”, parece decir su andar lento y calculado. Y el mensaje cala más que cualquier campaña publicitaria.

el futuro con sabor retro

Resulta curioso que, en un mundo obsesionado con lo inmediato, SHAN apueste por la atemporalidad. El desfile tiene algo retro en la manera de respetar las formas clásicas, pero al mismo tiempo se siente futurista por el riesgo en los cortes, por la osadía de los estampados y por esa valentía en mezclar lo técnico con lo sensual. Es una marca que no compite con el presente, sino con el tiempo.

Al salir del show, la sensación que queda es doble. Por un lado, la certeza de haber visto piezas que podrían pertenecer tanto al verano del 86 como al del 2066. Por otro, la duda inevitable: ¿será posible que una prenda de baño, pensada para apenas unas horas de playa, llegue a convertirse en un objeto eterno?

ecos literarios y pensamientos robados

En mi libreta, entre anotaciones y bocetos torpes, anoto un proverbio que parece encajar con la esencia de SHAN:

“La verdad espera. Solo la mentira tiene prisa.”

Me acuerdo de Chantal Levesque, de su paciencia artesanal, de su empeño en hacer algo que no caducara con la temporada. Y entonces entiendo que este desfile no es solo sobre moda, sino sobre cómo resistir en un mundo donde todo caduca demasiado rápido.


SHAN demuestra que la moda de baño puede ser eterna

El bikini puede ser lujo y arte sin fecha de caducidad


Salgo de Miami con una sonrisa torcida y una pregunta que me acompañará durante días: ¿es posible que un bikini diga más sobre nuestra forma de entender la vida que cualquier discurso solemne? Porque, al fin y al cabo, ¿qué otra prenda nos enfrenta de manera tan directa con nuestra piel, con nuestra libertad y con nuestro deseo de eternidad?

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