Relato: Cómo ser una escort y a la vez una buena amante

escort y a la vez una buena amante5Este es el relato de una escort, Cristina. A los diecisiete años su novio la dejó y se quedó sola con su recién nacido. Sus padres siempre la apoyaron pero a los veintiún años de edad su situación económica, a pesar, se volvió insostenible y se hizo escort. De esa forma pudo sacar holgadamente la casa hacia adelante.

Pasó mucho tiempo hasta que ocurrió lo que nos cuenta en su relato. Desde que se dedica ha tenido sexo con todo tipo de hombres y siempre tuvo claro que para ellos era sexo por dinero. Nunca pasó los límites de una relación vendedor-cliente. Era únicamente trabajo, aunque les acariciaba, y escuchaba. Tenían relaciones y se iban. Pero hace unos meses la comenzó a frecuentar un hombre, que de primeras no tenía el aspecto de quien llama la atención a las mujeres…

El hombre en cuestión era un cuarentón de apariencia más bien normal, incluso algo descuidado físicamente, ni feo ni guapo, pero muy tímido. Creo que se decidió a contactar con ella después de haber visitado la web Escorts de lujo en Barcelona, que en esta ciudad es en donde ocurren los hechos, que ella misma nos ha contado a este blog.

Ella, de primeas lo vio tan solo como un cliente más. Pero ocurrió que en la habitación, y tras cerrar la puerta, le dio un beso, por sorpresa, tan apasionado, que Cristina se quedó sin saber muy bien que había pasado. Pero le gustó, y mucho. Tanto que dejó que él la cogiera en brazos y la llevara a la cama entre besos y besos.  cargó entre sus brazos y me llevó a la cama entre besos y besos. la acostó de manera delicada tal y como si fuera su novia, y no paraba de besarla mientras que le quitaba el corto vestido. Y la escasa ropa interior que llevaba.

escort y a la vez una buena amante4No se dio ni cuenta de cuando estaba desnuda. Se sentía muy bien con aquellas caricias y besos, y le siguió el juego. Necesitaba saber hasta donde era capaz de llegar. Quedaron desnudos los dos y cuando vio su pene grande y grueso se alegró todavía más. Lo llenó de halagos para excitarlo aún más. Tuvo sexo oral y en un momento comenzaron a hacer el amor como dos enamorados, algo que Cristina casi tenía olvidado.

Ya era un hombre muy diferente al tímido que entro al cuarto. Ahora era un hombre apasionado, dulce, fuerte pero a la vez frágil. Cristina perdió la perspectiva de vendedora-cliente y se entregó totalmente al placer. Estuvieron toda la tarde haciendo el amor, sin que perdiese las energías ni la erección. Deseaba que la experiencia no se acabase. Lo abrazaba y apretaba a fin de que no la dejase de penetrar.

Quedaron para otro día. Y se despidieron cogidos de la mano. Y con un beso. La búsqueda en escorts Barcelona tenía toda la pinta de haber culminado en el inicio de una historia de sexo, deseo y amor.

Pasaron días y Cristina seguía atendiendo a otros hombres, como siempre hacía. Incluso tenía la esperanza de que alguno le despertase esos sentimientos, peros siempre era solo sexo.

Al cabo de una semana, volvió. Volvieron a abrazarse y regresaron aquellos besos apasionados. Se repetía aquella exquisita experiencia precedente. Alcanzaron un acuerdo: la visitaría cada jueves. Así fue durante un par de meses en los que no falló. Y un día le pidió su teléfono y se lo dio. La llamó y la invitó a comer. Por la tarde la acompañó a su piso, se portó como un caballero y se despidió con un beso. Pero ella no se conformaba y lo invitó a pasar. Se amaron toda la noche…

Ahora ella está muy confundida. Sabe que se ha enamorado de él, y cree que él también de ella. De momento ella sigue siendo escort y una buena amante a la vez, y él lo acepta. ¿Cómo acabará la historia? ¿Tenéis algún consejo para Cristina?

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